Embudos de Laboratorio: Que es, Tipos y Funciones

Uno de los instrumentos más antiguos y prácticos usados en un laboratorio es el embudo. Esta herramienta es de uso cotidiano y también especializado, teniendo una utilidad bastante diversa como conducto para verter líquidos. Aunque la mayoría de las personas están familiarizadas con su uso en la vida cotidiana, también es esencial en los laboratorios.

Desde tiempos antiguos, se tiene registro de civilizaciones que usaron su propia versión de este instrumento con múltiples fines, lo cual demuestra su practicidad absoluta al momento de manipular sustancias líquidas, sobre todo en ambientes especializados, donde existe una gran variedad de embudos para usos específicos.

¿Qué es un Embudo en el Laboratorio?

Consiste en un conducto hueco con forma de cono en su extremo ancho y de cilindro en su extremo angosto. Los embudos de laboratorio son diferentes de los de uso cotidiano por su fabricación, siendo usualmente de vidrio debido a las propiedades inertes de este material ante los químicos manipulados allí.

Esto significa que tienen una mayor estabilidad y, por lo tanto, son inmunes a las reacciones químicas violentas de algunas mezclas. Otros materiales de propiedades similares son utilizados en la fabricación de estos instrumentos para asegurar una manipulación más segura de sustancias delicadas.

Tipos de Embudos con Nombres

Debido a la versatilidad que tiene un instrumento tan útil como el embudo, ha sido modificado para crear modelos que cubren necesidades muy precisas en las labores del laboratorio. Los principales tipos de embudo son los siguientes:

  • Embudo de Filtración: equipado con un filtro que sirve para separar los elementos líquidos y sólidos. El filtro es de papel, mientras que el resto del embudo puede ser de vidrio o plástico.
  • Embudo de Separación: utilizado para separar líquidos con diferentes volúmenes a través de una válvula regulable. Tiene una peculiar forma de pera invertida con la llave de la válvula ubicada en su extremo inferior.
  • Embudo Büchner: similar al embudo de filtración, pero diseñado para filtrados al vacío. El embudo Büchner suele ser de porcelana y posee un cilindro con filtro de orificios separado.
  • Embudo de Hirsch: al igual que el anterior, usa un mecanismo con orificios para el filtrado, aunque con un cilindro diferente que se utiliza para trabajar con líquidos de bajo volumen.
  • Embudo de Adición: un modelo usado a la hora de trabajar con mezclas reactivas. Tiene una llave de paso que regula el flujo del líquido y está hecho de vidrio para ser inerte a reacciones químicas.
  • Embudo de Decantación: parecido al embudo de separación, filtra y separa líquidos inmiscibles, usando una llave de paso para regular el flujo de la sustancia hacia el contenedor final. Es fabricado en vidrio esmerilado.
  • Embudo de Polvo: ideado para trabajar con materiales sólidos manteniendo la fluidez. Por su naturaleza, es mucho más ancho que otros embudos su entrada es de cuello corto.
  • Tubo de Seguridad: son extremadamente angostos y pueden tener distintas formas. Consiste de un tubo delgado y largo con un extremo ancho que sirve para verter los líquidos y otro extremo angosto para trasvasarlo a otro recipiente.

Función que aporta un Embudo en el Laboratorio

El embudo es indispensable para traspasar sustancias hacia un recipiente sin derramarlas debido a la angosta boca de algunos envases ni salpicar fuera de los mismos. Esto es especialmente idóneo cuando se trabaja con mezclas corrosivas o contaminantes. A la vez, puede servir para filtrar algunos componentes de las sustancias durante el traspaso.

El uso que se le da al embudo en un laboratorio es similar al que se le da en la vida cotidiana, variando en función al tipo de embudo que se utiliza. Algunos de ellos permiten filtrar sustancias líquidas e incluso sólidas, así como regular el flujo con el que se canaliza el proceso.

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